El abigeato terminó totalmente desde que comenzó el proceso de titulación masiva de tierras en el lugar, aseguró un pequeño ganadero.
La Colonia Nueva Mestre, ubicada en el departamento de Presidente Hayes, ha sido escenario de un cambio significativo desde que el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) inició, en junio de 2024, un ambicioso programa de formalización de tierras en la Región Occidental del país. Este proceso no solo ha brindado seguridad jurídica a unas 500 familias, sino que también ha tenido un impacto directo en la reducción de actividades delictivas, como el abigeato, que era un flagelo en la zona, según comentó el productor en conversación con el presidente del Indert, Prof. Econ. Francisco Ruiz Díaz, el pasado fin de semana, durante los primeros pagos por lotes, en el centro comunitario local.
La formalización de tierras en Nueva Mestre, era una deuda pendiente durante más de tres décadas. La falta de títulos de propiedad impedía a los pobladores acceder a créditos y realizar inversiones en sus tierras, limitando el desarrollo económico de la comunidad.
El titular del INDERT, destacó que esta iniciativa permitirá a los pequeños productores insertarse en la economía formal y contribuir al progreso de sus comunidades.
La titulación masiva de tierras no solo ha proporcionado seguridad jurídica a los habitantes, sino que también ha fortalecido el sentido de pertenencia y responsabilidad sobre sus propiedades. Este empoderamiento ha llevado a una mayor vigilancia comunitaria y colaboración con las autoridades, resultando en una disminución significativa de delitos como el abigeato, que anteriormente afectaba a la región.
Además de Nueva Mestre, el INDERT ha extendido sus esfuerzos a otras comunidades del Chaco, como Campo Aceval, donde también se están llevando a cabo procesos de regularización de tierras. Estas acciones forman parte de una estrategia integral del gobierno de Santiago Peña y Pedro Alliana para impulsar el desarrollo socioeconómico en el Chaco Paraguayo, proporcionando a los pobladores las herramientas necesarias para mejorar su calidad de vida y contribuir al crecimiento del país.
La experiencia de Nueva Mestre demuestra que la seguridad jurídica es fundamental para el desarrollo rural y la seguridad comunitaria.
La formalización de tierras no solo beneficia a los propietarios individuales, sino que también fortalece el tejido social y promueve un entorno más seguro y próspero para todos.
