El presidente del INDERT, profesor Francisco Ruiz Díaz, detalló el impacto que tiene la entrega de títulos de propiedad a productores de Agua Dulce, Alto Paraguay (Chaco). Con la regularización de la tenencia de la tierra se fomenta la inversión, la mejora en productividad, el crecimiento y la generación de empleos rurales, enfatizó.
¿Cuánta pérdida para el país? Se preguntó el titular del ente agrario, al señalar el tiempo que perdió en titular las tierras de la región occidental. “Entregamos títulos a productores chaqueños. Nos contaron que llevaban 16 años tramitando sus títulos, y que ahora lo lograron en un año. En ese tiempo, no invirtieron, no generaron empleos, y que la producción se estancó”.
De hecho, en la reciente visita del experto internacional, en el seminario organizado por el INDERT, Carlos Ludeña, enumeró las consecuencias positivas de la titulación de tierras y citó 5, que a su parecer son los más importantes y son los siguientes:
1-Impacto en Productividad Agrícola: La seguridad de la tenencia impulsa mejores prácticas y mecanización, aumentando rendimientos. La titulación reduce la incertidumbre sobre la tierra, incentivando inversiones y facilitando una asignación más eficiente del recurso productivo.
2-Acceso al crédito: El título formal sirve de garantía y facilita préstamos para insumos y maquinaria. La titulación formal puede facilitar el acceso al crédito al brindar seguridad jurídica, reducir el riesgo percibido por instituciones financieras y permitir que los productores accedan a préstamos formales en mejores condiciones.
3-Inversión productiva: Con certeza jurídica, los productores invierten en riego y mejoras de suelo a largo plazo. La titulación formal puede incentivar la inversión en la tierra al reducir la incertidumbre sobre el acceso futuro, reforzar los derechos de uso exclusivos y dar confianza a los productores para realizar mejoras de largo plazo. Estas inversiones pueden incluir infraestructura agrícola, conservación del suelo, ampliación de vivienda o sistemas de riego.
4-Reducción de conflictos: El registro claro de límites minimiza disputas y violencia rural. La titulación reduce conflictos al establecer límites formales reconocidos legalmente, lo cual disminuye la ambigüedad sobre derechos de uso, herencia y transferencias. También refuerza la legitimidad frente a terceros y disminuye la necesidad de resolver disputas mediante mecanismos informales o judiciales.
5-Seguridad alimentaria y bienestar: Titular la tierra fomenta la diversificación de cultivos de autoconsumo y mejora la percepción de estabilidad. El acceso a derechos de tenencia —formales o efectivos— reduce la incertidumbre, fomenta la inversión y mejora la seguridad alimentaria; cuando recaen en mujeres, aumenta notablemente la probabilidad de seguridad alimentaria y la diversidad de cultivos, y mecanismos como la inembargabilidad elevan el valor de las fincas agrícolas y protegen el arraigo familiar.