El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT) organizó un seminario internacional en el cual el experto internacional, Ing. Carlos Ludeña, destacó 5 impactos principales de la formalización de las tierras. El evento contó con la participación de representantes del sector privado (campesinos, gremios, profesionales) y de representantes de instituciones públicas.
El titular del ente agrario, Francisco Ruiz Díaz, destacó que la atención personalizada de los casos en las colonias ayudó a alcanzar la titulación de más de 9.000 inmuebles en un año y medio y que se busca llegar a 50.000 en el gobierno del presidente Santiago Peña y el vicepresidente Pedro Alliana.
Igualmente, participaron del seminario el director de la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD), Gerardo Ruiz Díaz, y María del Carmen Meza, miembro del Consejo Directivo del Crédito Agrícola de Habilitación (CAH), quienes celebraron la incorporación de nuevos sujetos de crédito mediante la titulación de las tierras.
Asimismo, estuvo presente la senadora Yolanda Paredes, presidenta de la Comisión de Reforma Agraria y Bienestar Rural de la Cámara de Senadores.
Los impactos señalados por Ludeña como consecuencia de la titulación de tierras son:
1- Impacto en Productividad Agrícola: La seguridad de la tenencia impulsa mejores prácticas y mecanización, aumentando rendimientos. La titulación reduce la incertidumbre sobre la tierra, incentivando inversiones y facilitando una asignación más eficiente del recurso productivo.
2- Acceso al crédito: El título formal sirve de garantía y facilita préstamos para insumos y maquinaria. La titulación formal puede facilitar el acceso al crédito al brindar seguridad jurídica, reducir el riesgo percibido por instituciones financieras y permitir que los productores accedan a préstamos formales en mejores condiciones.
3- Inversión productiva: Con certeza jurídica, los productores invierten en riego y mejoras de suelo a largo plazo. La titulación formal puede incentivar la inversión en la tierra al reducir la incertidumbre sobre el acceso futuro, reforzar los derechos de uso exclusivos y dar confianza a los productores para realizar mejoras de largo plazo. Estas inversiones pueden incluir infraestructura agrícola, conservación del suelo, ampliación de vivienda o sistemas de riego.
4- Reducción de conflictos: El registro claro de límites minimiza disputas y violencia rural. La titulación reduce conflictos al establecer límites formales reconocidos legalmente, lo cual disminuye la ambigüedad sobre derechos de uso, herencia y transferencias. También refuerza la legitimidad frente a terceros y disminuye la necesidad de resolver disputas mediante mecanismos informales o judiciales.
5- Seguridad alimentaria y bienestar: Titular la tierra fomenta la diversificación de cultivos de autoconsumo y mejora la percepción de estabilidad. El acceso a derechos de tenencia —formales o efectivos— reduce la incertidumbre, fomenta la inversión y mejora la seguridad alimentaria; cuando recaen en mujeres, aumenta notablemente la probabilidad de seguridad alimentaria y la diversidad de cultivos, y mecanismos como la inembargabilidad elevan el valor de las fincas agrícolas y protegen el arraigo familiar.
Asimismo, Ludeña señaló que la titulación de tierra está asentada sobre 5 pilares fundamentales, que son:
1. Marco legal y normativo: Leyes, reglamentos y políticas que definen los tipos de títulos, procedimientos y garantías.
2. Catastro y registro de tierras: Sistemas de levantamiento catastral, georreferenciación y registro público de la propiedad.
3. Institucionalidad y gobernanza: Capacidad de las entidades (oficinas de tierras, justicia, municipales) para tramitar, fiscalizar y hacer cumplir títulos.
4. Participación y reconocimiento social: Inclusión de comunidades y titulares informales: consultas, validación social de límites y formas de uso.
5. Mecanismos de resolución de conflictos: Vías judiciales y extrajudiciales (mediación, comités locales) para dirimir superposiciones, invasiones o impugnaciones.